Leave... and come back better! (English & Spanish version)

08 - February - 2016

Why do companies value an experience abroad so much? The acquisition of this special talent has to do with capital gain on a personal, professional, technical and linguistic level. In this post, we will concentrate on what I have perceived during more than 15 years working as a “Headhunter” and what I consider to be the most remarkable aspect of an experience in another country: to become a better person.

One of the most worrying things when you are working abroad for a long period of time is to know if you will go home one day, and if you will return to good working and economic conditions if you do so.

In www.volvemos.org, a non-profit organization aiming at bringing the Spanish Talent back to home in which I contribute, I endeavour to explain how to transform this worry into an opportunity, so you return to better conditions in your homeland than those in existence before you migrated.

In order to do this, the first thing I recommend is to weigh-up the benefits you have acquired from having lived and worked away from home. I encourage you to take stock of the changes that have positively transformed your personal and business values. I will list the values that I notice first, and appreciate most, as a recruiter. The initial value is rather personal, and comes with a further explanation of how this pertains to your professional/business ethics in parenthesis, and the direct relationship between the two:

Courage (the willingness to take risks): abandoning the known to try something unknown will always be met with apprehension, resistance and the feeling that you are leaving your comfort zone, with a lot of questions and uncertainty about what might happen.

Humility (adaptability): when you move to another country, you will already be informed about its culture and the customs of the natives, but most likely, you will not be privy to the most important thing, the thing that is not written in books, or expounded upon on the internet, the elusive tacit knowledge, so vital to become integrated into your new society and to operate as one with the locals.

Patience (perseverance): familiarising yourself with a new cultural code and building a new lifestyle does not happen quickly. Everything we have previously learnt has to be reset (or at least relativized) to learn new customs and new ways of being.

Maturity (high-mindedness): after a few years spent abroad we realize where we came from and where we are, but we know that we are not in one place or the other, and as a result we learn to think with more distance and tolerance.*

Sociability (generosity): At the beginning of our integration phase, because we find ourselves alone and surrounded by people who we don’t understand (or at least, we don’t understand everything), we will feel an obligation to be sociable, to create our network of friends, and we really value those people who offer us help, especially when they are not asked to.

Languages (Intercultural): the knowledge gained from knowing another language is of course a distinct advantage in the selection process, but the acquisition of multicultural skills, like those mentioned above, are of greater significance (it is one thing to be able to speak French, but quite another to know how the French are, how they work, what they like and dislike etc.)

Determination (ambition): Without a doubt, migration is a process of improvement and tenacity that many compare to a fight where you start from scratch. So when we achieve success, we feel full of pride and confidence in our own potential, and become more ambitious for the future.

For all these reasons, the fact that someone has lived abroad for one, two or ten years always translates to a powerful and formative experience. Multinationals are well aware of this, offering programmes for “Trainees”, "Graduates" or “Junior Managers” to the cream of recent graduates, who then spend their first years of employment travelling to different countries and working a stint in a number of headquarters, before they are given a position of high responsibility in the company.

But having an international experience on its own is not sufficient; one must also know how to sell this experience as a great advantage. Helping them to do this is one of the goals of this project.

Sébastien Sanz - CEO Ayova Executive Search & Cofounder of www.volvemos.org

* (Diego, one of the founders of www.volvemos.org, has written a post on this topic that I highly recommend you read).

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(SPANISH VERSION):

¿Por qué las empresas valoran tanto una experiencia en el extranjero? La adquisición de un talento especial tiene que ver con una plusvalía personal, profesional, técnica y lingüística. En este post nos centraremos en lo que he percibido en mis más de 15 años trabajando como “cazatalentos” y considero como el aspecto más destacable de una experiencia en otro país: hacerse mejor persona.
Una de las cosas que más preocupan cuando se está trabajando fuera del país de origen durante varios años es saber si volveremos algún día, y si la vuelta se hará en buenas condiciones laborales y económicas. 
En www.volvemos.org, una plataforma para el retorno del talento a España en la cual contruyo, me esfuerzo en explicar cómo transformar esa preocupación en una oportunidad, para que vuestro retorno se haga en unas mejores condiciones de las que hubieráis tenido sin la experiencia migratoria. 
Para ello, lo primero que recomiendo hacer es balance de los pluses adquiridos por el hecho de haber vivido y trabajado lejos de casa. Os animo a poner en valor los cambios que han transformado positivamente vuestros valores personales y empresariales. Voy a enumerar los principales que suelo detectar y apreciar como reclutador. El valor inicial es más bien de tipo personal, y viene acompañado, entre paréntesis, de su vertiente profesional/empresarial, para explicaros la relación directa entre ambos:

  • Valentía (capacidad de asumir riesgos): el abandono de lo conocido hacia lo desconocido siempre fomenta aprensión, resistencia y supone salir de la zona de confort, con muchas preguntas e incertidumbres sobre lo que va a pasar.
  • Humildad (adaptabilidad): cuando uno se cambia de país ya se habrá informado sobre su cultura y los hábitos de su gente, pero seguramente no de lo más importante, que además no está escrito en los libros ni en Internet: el famoso tacit knowledge, tan determinante para sentirse integrado y capaz de relacionarse como uno más con los locales.
  • Paciencia (perseverancia): captar un nuevo código cultural y construir una nueva forma de vida no se produce rápidamente. Todo lo que hemos aprendido tiene que resetearse (o por lo menos relativizarse) para aprender nuevas costumbres y formas de ser.
  • Madurez (altura de miras): tras unos años pasados en el extranjero nos damos cuenta de dónde venimos y dónde estamos, pero sabemos que no estamos ni en un lugar ni en el otro, y como consecuencia aprendemos a opinar con más distanciamiento y tolerancia.*
  • Sociabilidad (generosidad): al principio de nuestra fase de integración, al encontrarnos solos y rodeados de personas que no entendemos (o no del todo), tendremos una obligación de sociabilizarnos, de crear nuestra red de nuevos amigos, y valoraremos mucho a los que nos prestarán ayuda, a los que se ofrecerán sin tener que pedirles nada.
  • Idiomas (interculturalidad): el conocimiento adquirido de otro idioma será por supuesto una ventaja muy diferenciadora en muchos procesos de selección, pero la adquisición de las competencias multiculturales mencionadas antes será casi más determinante (una cosa es hablar francés y otra es saber cómo son los franceses, cómo suelen trabajar, lo que les gusta o no les gusta, etc.)
  • Determinación (ambición): sin duda ninguna emigrar es un proceso de superación y tenacidad que muchos comparan a una lucha donde se empieza desde cero. Por eso, cuando se consigue nos llena orgullo, de confianza en nuestras posibilidades, y nos hacemos más ambiciosos para el futuro.

Por todos esos motivos el hecho de haber vivido uno, dos o diez años en el extranjero siempre se traduce en una experiencia impactante y formadora. Las multinacionales lo saben perfectamente, y por eso ponen en marcha los programas "Trainee" o "Junior Managers Program" para sus mejores talentos recién licenciados, con los que durante los primeros años les hacen viajar a muchos países donde tienen sedes, antes de proponerles un puesto con altas responsabilidades.
Pero disponer de una experiencia internacional no es suficiente, hay que saber venderla como un gran valor añadido. Ayudaros a hacerlo será precisamente uno de nuestros propósitos con este proyecto.

Sébastien Sanz - CEO Ayova Executive Search & Cofounder of www.volvemos.org


* Sobre este tema en particular recomiendo encarecidamente leer este post de Diego, uno de los fundadores de www.volvemos.org.